



NUESTROS VIÑEDOS
Roberto Bonfanti cultiva las parras que fueron implantadas en 1915 por su familia, al pie de la Cordillera de Los Andes, en suelos poco profundos, que formaron parte de las márgenes del Río, trabaja la tierra, poda con esmero y cosecha las uvas que sus hijos trocan en vinos, el cielo los ve pasar de la hilera a la bodega, con las manos tintas, la sonrisa amplia y la pasión intacta
Esta casa vinícola, es una Bodega Familiar que tiene la garantía de sus propios dueños, por el seguimiento personalizado, la profesionalidad y la seriedad con la que se elaboran los productos, cuyo objetivo es maximizar la calidad.
Origen de la Vid
En estado natural, Vitis vinífera L. es una liana vigorosa del bosque tropical. Su tronco y brazos son flexibles, y la planta se apoya en los árboles sobre los que crece. El hábito trepador de la vid se refleja en la presencia de zarcillos, órganos tacto-sensitivos, vides silvestres trepan en los bosques hasta una altura de 20-30m.
En el Medio Oriente, las vides se cultivan a menudo sobre el piso, pero la tradición europea se basa ya sea en plantas pequeñas sin apoyo o en conducir la vid sobre sostenes. En los tiempos de los romanos estos sostenes eran árboles vivos: ejemplo de estos sistemas de conducción todavía se pueden ver en el norte de Italia. En la viticultura mecanizada, la vid se conduce sobre una estructura de postes y alambres de diferentes diseños.
En su estado silvestre la vid produce gran número de pequeños racimos. Como una planta productiva la vid es severamente podada tanto para reducir el número de racimos como para incrementar el tamaño y la calidad de la uva. La vid tiene una capacidad notable para volver a crecer después de la poda y producir nuevos pámpanos fructíferos y esto permite la renovación anual de la madera fructífera.
Conducida cuidadosamente puede permanecer productiva por un largo tiempo, sino indefinidamente; un ejemplo familiar de la longevidad de la planta es la Gran Vid del Palacio Hampton Court, Londres, que fue plantada en 1769. En la viticultura comercial, permanece cultivada por más de 40 años.
Ecología de Mendoza
Mendoza es la principal provincia productora de uvas de la República Argentina. La agricultura en general y la viticultura en particular se desarrollan en los oasis irrigados por los ríos provinciales, que se encuentran con diferentes grados de sistematización. Los principales oasis de la provincia son:
• Oasis Norte
• Oasis del Valle de Uco
• Oasis Sur
Oasis Norte:
Es una amplia zona que se encuentra irrigada fundamentalmente por el Río Mendoza y en una pequeña proporción por el Río Tunuyán. En grandes rasgos se divide, a su vez en dos tipos de viticultura: la pedemontana y la del llano. La primera fue la cuna de la actividad y por ello también se la denomina “PRIMERA ZONA”.
PRIMERA ZONA: integrada por los departamentos del Gran Mendoza, Las Heras, Godoy Cruz, parte de Guaymallén, Luján de Cuyo, y parte de Maipú. Es una zona pedemontana, con elevadas pendientes. Su altitud varia desde los 500 metros hasta los 1.000 metros, el clima es templado cálido a templado, en general se ubica en las regiones 3 y 4 de Winkler, el producto heliotérmico de Branas varía entre 4 y 6 (Zona apta para el cultivo de la vid). Climáticamente se caracteriza por una elevada amplitud térmica diaria, en muchos casos mayor a los 15° C. La temperatura promedio del último decenio fue de 14° C.
Los suelos son poco profundos, con un manto rocoso que puede estar al nivel del suelo, hasta una profundidad variable. En esta zona se produjo una notable adaptación de la variedad Malbec y son típicos sus vinos tintos de mucho color, que ha dado lugar a la primera denominación de origen del país: “Luján de Cuyo”. Sin embargo sufre una fuerte competencia con la creciente urbanización. Integra parte de esta zona una subzona ubicada al sur del Río Mendoza, denominada “Zona Alta del Río Mendoza” con características propias, más fresca, con mayor precipitación y con más amplitud térmica, lo que la hace apta para el cultivo de cepajes de ciclo corto (Chardonnay, Riesling, Pinot, Merlot) y los tintos finos (Cabernet Sauvignon, Malbec).
El riego en esta zona por lo general se realiza en pendiente, por surcos. Una parte importante de las propiedades poseen derechos de riego por turno a perpetuidad. El sistema de conducción predominante es el espaldero bajo con poda Guyot (simple, doble, triple o mendocino).
A partir de la década del noventa se incorpora el riego por goteo en las plantaciones nuevas que se realizan en su mayor parte sobre espalderos altos con poda corta en cordón bilateral.
HELIOFANIA
La heliofanía efectiva, esto es la duración del registro de la luz solar directa que alcanza la superficie, es una variable importante en los procesos biofisicoquímicos que se registran en las plantas y en sus frutos y que constituyen una de las bases de las importantes agroindustrias que se desarrollan en la región. De acuerdo con las latitudes entre las cuales se ubica la región cuyana (Mendoza, San Juan San Luis, La Rioja), la duración astronómica de la heliofanía está comprendida entre 13 horas 40 minutos, en el norte de Cuyo y 14 horas 35 minutos en el sur, para el mes de Diciembre, y decrece de 10 horas 33 minutos en el extremo norte a 9 horas 46 minutos en el extremo sur de la región, en el mes de Junio.
Los datos de heliofanía efectiva tomados en Mendoza (fuente: muestran que el promedio anual está por encima de 3.000 horas (aproximadamente una media de 8,5 horas diarias), o sea entre el 65 y 75% del máximo posible de insolación.
Durante el verano este valor alcanza a 11 horas diarias en San Juan y Mendoza, un incremento que hace de estas dos provincias, juntamente con Neuquén sean las que disponen de la mayor heliofanía efectiva en toda América del Sur.
En el invierno, la disminución de la duración astronómica de la heliofanía, de norte a sur se ve aumentada por el incremento en la nubosidad, en la misma dirección.
Sin embargo, la baja nubosidad que se observa en Cuyo hace que la heliofanía efectiva mantenga todavía valores altos en esta región, condición ambiental que favorece a las actividades agrícolas.
Fincas
Fincas La Capilla
MANEJO DE VIÑEDOS
Labranza del suelo
Se trabaja con implementos agrícolas (rastra o cincel) que logran el movimiento del pan de tierra solo en la superficie (0.3-0.5 metros), logrando así que las raíces puedan crecer perfectamente con la oxigenación necesaria, sin ser cortadas.
Además se logra combatir las malezas que se encuentran en el ínterfilar de las hileras.La porción de tierra que se deja sin labrar es la que se encuentra por debajo de las plantas, así no se afecta el crecimiento que deben poseer las raíces de las mismas, como también no se daña el tronco al pasar con algún tipo de implemento.
Luego de haber practicado estas formas de trabajo logramos que las plantas crezcan sin estrés que pudiera ocasionar las labranzas de suelo. Como también combatir las malezas de la manera más natural posible, sin el agregado de herbicidas.
Roberto con el transcurrir del tiempo fue observando como las temperaturas fueron subiendo y como las mismas van influyendo en los suelos de Mendoza., por lo que se anticipo a los perjuicios que podrían sufrir los viñedos.
Comenzó a dejar las malezas autóctonas de la zona, que crecieran hasta los 20-30 cm las que luego corta, de forma de proteger por un tiempo más prolongado a los suelos de la exposición directa del sol.
Para realizar esta labor se utiliza una desmalezadora que se coloca en el tractor.
Los beneficios que trae esta práctica son:
• Que los suelos no se compacten, ya que las raíces propias de estas malezas dejan los suelos más mullidos que si se encontraran desnudos.
• Mejorar la oxigenación, como consecuencia de la mullidez de los mismos.
• Aporta nutrición, porque al descomponerse las raíces de estas malezas liberan nutrientes minerales necesarios para el crecimiento de las vides.
• Menores pérdidas de agua por evaporación, ya que el suelo se encuentra cubierto con este manto verde de malezas.
Sistema de irrigación
Gravitacional manual. El agua que riega nuestros viñedos proviene de la Cordillera de Los Andes. Es agua de deshielo que llega con una frecuencia de 4 días desde la primavera.
Para que el agua (un recurso tan importante en Mendoza., por ser originariamente un desierto) llegue a la finca se dispone de acequias, que contienen la dotación necesaria para el total de la propiedad.
Cuando a Roberto le toca el turno de agua, debe aprovecharla al máximo, por lo que se riega tanto de día como de noche y al ser un trabajo manual debe distribuir lo más exacto posible la cantidad de agua que le corresponde a cada hilera, para ello utiliza su azada o zapa (una herramienta de uso manual, de mango largo con una hoja semicircular de acero con filo en lo que sería la línea de diámetro del círculo).
Poda
Espaldero: Guyot Doble. Este consiste en dejar dos cargadores por cada planta los cuales son atados al primer alambre del sistema de conducción más dos pitones de dos yemas cada uno para proveer sarmientos (la rama de la cepa) para el próximo ciclo.
Roberto para realizar esta práctica correctamente debe observar planta por planta y realizar un estudio visual de cada una, en donde decide cuál sarmiento será el aconsejado dejar como cargador y cuál no.De esta manera forma queda una cepa que contendrá dos cargadores (uno derecho y uno izquierdo) y dos pitones basales, que permiten renovar la estructura leñosa de cada cepa.
La longitud de los cargadores estará dada por la cantidad de yemas que se dejaran en cada uno de ellos. Esta cantidad ronda aproximadamente entre 5 y 7 yemas por cada cargador. Finalmente se procede atar a mano cada uno de los cargadores con un junco muy manuable y natural de la región llamado totora.
La atadura se realiza arqueando el sarmiento para que quede en forma horizontal al alambre inferior, de los tres que sostienen a cada hilera.
Parral: Guyot cuádruple. Este consiste en dejar cuatro cargadores por cada planta los cuales son atados al sistema de alambre en el parral más cuatro pitones de dos yemas cada uno para proveer sarmientos para el próximo ciclo.
De esta manera queda formada una planta que contendrá cuatro cargadores (distribuidos en forma de cruz) y cuatro pitones basales.La longitud de los cargadores estará dada por la cantidad de yemas que se dejaran en cada uno de ellos. Esta cantidad ronda aproximadamente entre 7 y 8 yemas por cargador.
Finalmente se procede a atar a mano cada uno de los cargadores con un junco muy manuable y natural de la región llamado totora. La atadura se realiza arqueando el sarmiento para que quede en forma horizontal al hilo de alambre.
En el parral, a diferencia de la viña, los alambres se utilizan formando cuadriláteros regulares, donde la cepa está en el cruce de dos hilos. Los cargadores se distribuyen en los cuatro sentidos del alambre a partir del ángulo en el que se ubica la cepa.
Pulverizaciones
Se pulveriza contra 2 enfermedades principales como son: el Oidio y la Peronóspora.
Para la primera se aplica un mineral en estado natural, el Azufre, en su forma seca o hidratada. Para la segunda se utiliza Oxicloruro de Cobre o caldo Bordalés (Sulfato de Cobre y Cal)Se realizan entre 3 a 4 pulverizaciones al año, dependiendo del porcentaje de humedad y el riesgo fitosanitario que ello implique, con una atomizadora de 400 litros de capacidad.Los productos anteriormente mencionados son totalmente naturales, y aplicados hasta fines de enero, para que no existan residuos de estos productos en los vinos.
El éxito de estos productos, que son de uso preventivo, está en que Roberto monitorea todos los días estas enfermedades y no espera a que se produzca ningún síntoma de cada una de ellas. En caso contrario debería aplicar productos sistémicos curativos.
Manejo de Canopia
Luego de que las vides dan sus brotes en la primavera y cuando ya poseen más de 10-15 cm. se realiza el desbrote. En esta tarea se quitan de la planta todos aquellos rebrotes que se encuentran en madera vieja. Además en la zona de producción (primer alambre) se realiza el desbrote de aquellas yemas que poseen 2 brotes por cada una de ellas, para dejar solamente la cantidad de uva programada en la poda, durante la cual Roberto ya había previsto una determinada cantidad de yemas en toda la planta.
Luego se realiza una labor cultural llamado “cruzado” que consiste en tomar cada uno de los brotes que se han caído y pasarlos entre los alambres número 2 y 3, y así ir conduciendo todos los brotes para que desarrollen posición vertical, y además para que no sean dañados al pasar por los interfilares (“camellones”), es decir el espacio entre hilera e hilera.
Una vez que los mismos estén colocados en la posición anteriormente descriptos se procede a cortar el exceso del brote que se encuentran por encima de los 1.2 metros de longitud. Esta medida tiene un por qué, ya que mientras más alto se pueda dejar, existirán más hojas que nutrirán a los racimos de uva, que se encontraran en proceso de maduración.
Otra operación que se suele realizar es el deshoje de las plantas, pero sólo en aquellos lugares en donde las uvas necesiten mayor iluminación y aireación, ya que si se excede de esta operación se puede terminar quemando las uvas debido la alta insolación que existe en Mendoza.
Cosecha
Luego de esperar tanto tiempo, llega esta tarea de cosecha o vendimia, considerada en Mendoza toda una fiesta, en donde se procede a cortar a mano y con tijeras cada uno de los racimos, los cuales se dejan reposar en cajas plásticas de 18 kg. de capacidad, que luego serán transportados hasta la bodega, para una molienda controlada minuciosamente, como inicio del proceso de vinificación.