Al final de la fermentación primaria y de forma espontánea comienza una segunda fermentación conocida como FML (fermentación maloláctica) la cual se realizara en tanques para nuestros vinos jóvenes o en barriles en los de crianza. Es debido a la FML que nuestros vinos desarrollarán complejidad y volumen de boca, como así también los aromas reflejarán las cualidades intrínsecas de los precursores aromáticos de cada variedad. A partir de esta fase, los colores se tornan intensos y la estructura del vino se troca en dulces y prolongados taninos que perduran en boca invadiendo los sentidos.
Es en este momento, cuando han transcurrido treinta días de encube, que procedemos al desvine y al prensado de los orujos este ultimo realizado con una prensa neumática marca WILLMES, origen ALEMANIA.El vino respira su primer bocanada de aire otoñal, la viña lo mira desde el ocre intenso de sus hojas ralas. En poco más de veinte días se trasiega con un poco de borras finas a reposar en roble su sueño de invierno, despertando de a ratos por el battonage semanal pautado.
Las barricas francesas y el silencio de la bodega serán su cuna y su música por un año, el final esperado será llegar a la luz de la copa del consumidor, con un vino crecido, robusto y poderoso, elegante y distinguido, como el día que soñamos, con un racimo en la mano, como sería nuestro mejor vino..